Hoy me voy a poner un tanto melancólica, y es que me ha dado por pensar como éramos antes, antes de toda esta intrusión tecnológica tan fuerte, antes de que atacaran nuestras vidas los teléfonos móviles, Internet, más de una televisión, etc.
Cuando yo era pequeña ya existían todas estas tecnologías, porsupuesto, existía Internet pero muy poca gente hacia uso de ella ya que era algo demasiado nuevo, que solo sabían utilizar los más entendidos en el tema, era algo de unos pocos, algo que unía a estos pocos ya que era un hecho aislado poder tener acceso a Internet.
Por otro lado, también existían los teléfonos móviles pero fue en un determinado momento (yo tendría unos 10 años, diría...) cuando tuvo lugar su boom. Y claro está, antes de que éstos salieran a flote todo el mundo vivía con normalidad; la gente quedaba a través de teléfono fijo y si no se encontraban en el sitio donde se había quedado se esperában el uno al otro, y sino llegaba, se llamaba por la cabina telefónica a su casa o a casa de algún amigo para solucionar la duda. Nadie seexaltaba si no se tenía contacto constante con los demás.
Sin embargo, hoy en día el panorama a cambiado completamente y ahora nos encontramos con una sociedad en la que todos estamos en contacto permanente con casi todos (pondría la mano en el fuego a que entre todos los teléfonos móviles seguro que, al menos todos los de una misma ciudad, estamos interconectados). La mayoría de la gente no puede salir de casa sin su teléfono, es un apéndice más de nuestro cuerpo y, si no es así, estamos ansiosos, nos sentimos mal, nos falta algo.
Asimismo, Internet, clarísimamente nos ha interconectado a TODOS a través de la red. Además, también han surgido muchos programas diferentes para saber cosas de la ente que nos rodea o no) y para mostrar como esnuestra vida y como somos nosotros, coo por ejemplo: messenges, facebook,etc.
Así que, viendo todo este panorama y mirando hacia atrás, me doy cuenta que hemos ganado mucha facilidad de contactar con toda la gente en detrimento de nuestra intimidad. La verdad es que me da miedo pensar en la poca intimidad de nuestra vida que nos queda. Quizás algún día, si esto continua en aumento, nos arrepentiremos de lo que hemos construido y recordaremos aquellos maravillosos viejos tiempos en que cada uno hacía lo que quería con su vida sin tener que dar cuentas a nadie y sin sentirse observado.