Tal y como todo el mundo sabe, la publicidad es la principal fuente de ingresos de las cadenas privadas de televisión. Por este motivo, dichas cadenas hacen un uso abusivo de ésta provocando, al cabo del paso del tiempo, un rechazo por parte del receptor.
Al comienzo de la publicidad nadie renegaba de ella, sino al contrario, la gente estaba interesada por ver qué se anunciaba y el modo en el que se hacía. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha ido integrando cada vez más publicidad en la programación y, por ello, el público se ha ido aburriendo cada vez más de ver publicidad.
Además, para prevenir este uso abusivo de publicidad por parte de las diferentes cadenas de televisión se han elaborado leyes que determinan un máximo de minutos de publicidad por hora (si no me equivoco son unos 12 minutos por hora), aunque hecha la ley, hecha la trampa: hay determinado anuncios como promociones y otros que no cuentan como publicidad como tal y, por lo tanto, no entran detrode estos 12 minutos, alargando, así el tiempo de espacio publicitario.
Pues eso, a lo que íbamos.... que con este incremento de publicidad en las cadenas la gente cada vez se ha hecho más inmune a ésta y sabe como evitarla, incluso existen métodos para eliminar la publicidad de la programación, cosa que hará o está haciendo mucho daño tanto a los anunciantes como a las agencias de publicidad.
Y es que cada vez vemos como la publicidad es más un obstáculo para el receptor, es algo que intenta evitar, que se entromete en su entretenimiento, es algo incómodo y no querido por el receptor.
Por todo ello, las empresas y agencias se las han de ingeniar para atraer la atención de su cliente o target, hay que decirle: ¡eh, tú! ¡mira lo que te ofrezco! Por eso, se han comenzado a emplear nuevos métodos de transmisión de publicidad, algo que no parezca publicidad convencional, algo que el receptor sienta ganas de ver, que la desee. Y ese algo, en la mayoría de los casos es comunicación viral.
Se ha de innovar, innovar y seguir siempre innovando, creando, ¡sorprendiendo! Y eso, amigo míos, es faena nuestra...
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